Cónclave del Royal Tetón. Julio de 1954 (Noviembre de 1954)
¡Salve, oh, Tribunal Kármico de Amor y Luz! ¡Yo, Miguel Arcángel, les hablo directamente en nombre de la humanidad de esta Tierra que ha estado sumergida durante demasiado tiempo en las sombras! En nombre de la misericordia y la Luz Eterna, les presento las corrientes de vida que Ustedes me dieron hace, oh, tan poco tiempo. Se las traigo de vuelta ahora, de manera que puedan Ustedes medir su Luz y dar testimonio de aquel experimento, de aquella dispensación en la que Ustedes, con toda misericordia, Me dejaron en plena libertad para liberar a estos amados seres de la necesidad de reencarnar. ¡Observen sus records ahora con Misericordia, Justicia, Amor Y Bondad! ¡Lean bien, oh, Hermanos y Hermanas, oh, Grandes Seres! Luego, al ver las energías de los Arcángeles, de los Maestros Cósmicos y Devas entretejidas en la Purificación, la cual es testigo de la eficacia de esta Dispensación, Yo, Miguel, pido que toda alma que abandone este plano terrenal, que durante los próximos doce meses se libere de las ataduras del cuerpo, me sea dada. ¡Yo asumiré el karma de dicha vida! ¡Asumiré, mediante la energía de Mi ser, todo record discordante! ¡Otórguenme, oh, Señores de Luz, el que estos seres no regresen ya más! Yo, Miguel, que he tomado el voto de liberar la Luz del alma de este planeta del dolor del nacimiento y de la muerte, de la necesidad de encarnación tras encarnación, la desesperanza y aparente perpetuidad de todo esto — ¡decreto que YA NO SERÁ MÁS! ¡Yo, Miguel, en el nombre de la Luz Eterna, hago esta petición ante Ti, oh, Hueste del Cielo! ¡Oh, Tribunal Kármico! ¡Estoy presto en Mi Luz para realizarlo! ¡QUE ASÍ SEA!
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